viernes, 14 de septiembre de 2012

Por alguna extraña razon hoy he escrito bastante, mientras me frustraba con mis compañeros debido a una tarea que haciamos a ultima hora, para variar, me puse a pensar de mis primeros dias cuando empezé a trabajar de reponedor en un Supermercado, no sabia mucho por ende siempre estaba nervioso, un día se me acerco un caballero, un poco de edad yo diria entre los 60 años, o menos, me pregunto donde se encontraban las tortas, yo le dije claro, sigame, al llevarlo por el pasillo central el abuelito me empezó a relatar que siempre venia en esta fecha a comprar una torta de chocolate, yo lo mire y le dije si son ricas, al llegar donde estan las tortas el me dice hoy mi nieto cumpliria 13 años, a el le facinaban los chocolates, pero un día antes de su cumpleaños venia de viaje a Iquique sus padres tuvieron un accidente automovilistico mueriendo lamentablemente solo él, yo lo mire sorprendido, y le dije lo siento mucho, despues me dijo gracias, voy y vuelvo, al decir eso se dirigio hacia donde estaban las cajas y lo perdi de vista, por alguna extraña razón sabia que no volveria, caminando hacia mi puesto de trabajo pensaba con un poco de rabia, pero despues me di cuenta que ese abuelo no queria comprar una torta, simplemente queria compartir su dolor con alguien que lo escuchara. Desde ese día me di cuenta que a veces las personas buscamos excusas para que nos escuchen o nos ayuden.

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